Los cuatro planos del desarrollo

Hola familia y amigos.

Hoy traigo un Post teórico pero muy interesante, al menos a mí me lo pareció y me sigue pareciendo, puesto que es uno de los planteamientos más interesantes de la filosofía Montessori.. Si os apetece e interesa profundizar un poquito más sobre el desarrollo de vuestros pequeños, o alumnos, según su filosofía, ésta es una buena oportunidad. Espero que se os haga ameno y os sea de utilidad.

 “Según algunos psicólogos que han seguido al muchacho y al joven desde el nacimiento hasta la edad universitaria, en el transcurso del desarrollo existen diversos y distintos períodos.” (Montessori, La mente absorbente del niño, 2014, p.15)

Unos años antes de su fallecimiento, María Montessori corroboró y desarrollo ésta concepción derivada de W. Stern, mediante unos esquemas gráficos (Uno geométrico: los triángulos y otro más biológico: el Bulbo), en el que se refleja un planteamiento filosófico, cuyo fin es darnos a conocer los períodos de desarrollo por los cuales pasamos los seres humanos, y de este modo, entender mejor el comportamiento de los mismos durante estos períodos. A esta idea le otorgó el nombre de: los Cuatro Planos del Desarrollo que comprenden el desarrollo tanto físico como psíquico, desde el nacimiento hasta los 24 años. En ellos, queda patente que para ella lo más importante en la educación del niño son los primeros años de su vida, desde su nacimiento hasta los 6 años y, más concretamente, la primera etapa hasta los 3 años.
    
      Actualmente muchos sostienen, como yo, que la parte más importante de la vida no es la que corresponde a los estudios universitarios, sino al primer período que se extiende desde el nacimiento hasta los seis años porque es en este período cuando se forma la inteligencia, el gran instrumento del hombre. Y no solo la inteligencia, sino también el conjunto da las facultades físicas. (Montessori, La mente absorbente del niño, 2014, p. 19)


Bajo la concepción Montessoriana el niño pasará del nacimiento a la vida adulta gracias a éstos cuatro períodos, diferentes entre sí, pero que difieren del anterior. Todos forman parte de un proceso indivisible. 
Un aspecto muy importante a tener en cuenta por parte del adulto, es que se deben respetar todos y cada uno de estos períodos en su naturaleza, de lo contrario, el no completar cada uno de los planos como se precisa, podría derivar graves consecuencias a los venideros. 

Veamos de manera resumida qué es lo que la Dra. Montessori quiso explicarnos a través de estos dos esquemas.

Primer esquema: El ritmo constructivo de la vida. 

 Fuente: Photobucket           

Como puede observarse en el primer esquema, Montessori no contemplaba el crecimiento de forma lineal, al contrario, entendía el crecimiento a modo de periodos con altibajos, representados con estos triángulos bicolor haciendo referencia a los citados planos de desarrollo. 

Parafraseando una cita de María Montessori de su libro La mente absorbente del niño, estos períodos marcan el ritmo de desarrollo y creación del niño, a través de una serie de metamorfosis por las que éste renace hasta convertirse en un hombre adulto. “El desarrollo es una sucesión de nacimientos. En determinado período de la vida, un individuo psíquico muere y nace otro.” (Montessori, La mente absorbente del niño, 2014, p.15)

Los planos del desarrollo son universales, por lo tanto, todos los seres humanos hemos pasado o pasaran (los futuros seres humanos) por cada uno de ellos. Otra cosa es que se hayan tenido (o se tengan) en cuenta, o no, durante nuestro desarrollo. 

Con cada período se corresponden unos periodos sensitivos y, además, tienen características que le diferencian del resto de períodos. En este apartado no entraremos en detalle en lo que concierne a los períodos sensitivos, será más adelante cuando profundicemos, pero ahora haré una breve definición para contextualizar lo explicado: Los periodos sensitivos, también son universales, y son aquellos momentos “transitorios” en que el niño está predispuesto, de manera espontánea y natural, para adquirir una determinada destreza o aprendizaje porque siente una necesidad interna de satisfacerla.

El niño posee una sensibilidad absorbente hacia cualquier cosa que exista en su ambiente, y solo puede adaptarse mediante la observación y la absorción del ambiente: tal forma de actividad revela un poder subconsciente que solo posee el niño. (Montessori, La mente absorbente del niño, 2014, p. 57)

Siguiendo con la explicación del esquema, podemos ver como en cada período se representa lo mismo, las sensibilidades del niño van en aumento progresivo hasta llegar a un punto álgido (justo a la mitad) y luego, va decreciendo para dar lugar a otro distinto, el cual, pasa por el mismo proceso y así sucesivamente hasta llegar al último. La infancia (del nacimiento a los 6 años) y la adolescencia (de los 12 a los 18 años) están representadas de color rojo y son las que Montessori remarca como los períodos de máxima importancia, y los denomina como períodos de creación puesto que en estas edades se producen muchos cambios. El color azul está destinado a los períodos de la niñez (de 6 a los 12 años) y la madurez (de los 18 a los 24 años) que se caracterizan por ser períodos de desarrollo más tranquilos y estables, donde se asientan y desarrollan las habilidades de la etapa anterior. 

La finalidad de la naturaleza es pues, que el niño se construya a sí mismo como hombre. En la parte inferior de la imagen, hay un gráfico de causalidad del sistema educativo, donde se observa la antítesis del gráfico de Montessori sobre los planos de desarrollo. Vemos como el primer período de la vida del niño es una línea muy delgada a la cual no se le da la más mínima importancia, donde no se respetan ni los ritmos  de aprendizaje y desarrollo de cada niño. No se tiene en cuenta la naturaleza de los niños y jóvenes, ni sus necesidades y periodos sensibles. Esta línea delgada de la primera infancia va aumentando, poco a poco, hasta llegar a la madurez, edad en el que muchos acceden a estudios superiores, y vemos que esa línea se ha convertido en un bloque grueso con muchas flechas que indican que es este el período de máxima importancia para adquirir conocimiento.

Segundo esquema: El Bulbo 


 Fuente: Photobucket           

En el segundo esquema “El Bulbo” Montessori mejoró el esquema anterior, en el que se veía solamente el concepto del ritmo del desarrollo, y puntualiza con más detalle los períodos con mayor importancia. Como se puede observar, la infancia, seguía siendo considerada como el período de máxima importancia en el desarrollo, y más especialmente al periodo de 0 a 3 años, el embrión espiritual. 

Sigue considerando la niñez y la madurez como los periodos de estabilidad y calma, representados en verde, y otorga a la adolescencia, también en color rojo, una importancia relevante por caracterizarse de un período de muchos cambios, pero esta vez, como se refleja en el tamaño, no goza de la importancia respecto al primer período. 

La forma ascendente de la figura hacia la finalidad (llegar a ser el hombre adulto) nos muestra cómo aumenta el desarrollo en los primeros años y cómo, en el transcurso del tiempo, va estabilizándose hasta llegar a ser una línea discontinua en la última fase, la madurez.

Debajo del gráfico, se diferencian las diversas etapas de desarrollo, y en cada una de ella, se le otorga una educación alternativa pero que, al contrario que en Montessori donde surge una educación integral, éstas no podían ser utilizadas indistintamente, sino que cada etapa debía regirse con su educación alternativa que se le consideraba correspondiente.

Y hasta aquí el Post de hoy...   

Que seáis felices :)

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