Necesidades y tendencias humanas


Después de acabar la formación como guía Montessori (0-3), vuelvo a tener más tiempo libre y muchas ganas de emprender de nuevo el blog y poder difundir todo aquello que he aprendido durante este año, y así poder colaborar con mi granito de arena en el cambio tan bonito de mirada hacia la infancia, como lo es para mí el enfoque Montessori.

Al abrir el blog, Blogger me ha avisado de los nuevos modelos de plantillas así que me he decidido por cambiarla y darle un nuevo aspecto con una plantilla más sofisticada y dándole mi pequeño toque personal.

Hoy quiero hablaros de un tema que para mí resultó novedoso, conmovedor y muy reflexivo: las necesidades y tendencias humanas.


El Post es uno de los escritos de mis trabajos para la formación, así que todo lo que leeréis está calificado y por tanto es una fuente fiable (así lo dicen mis formadoras, jeje). Espero que lo disfrutéis tanto como yo haciéndolo y podáis aprender tanto como yo lo hice.

Son muchos los aspectos, cualidades y principios a tener en cuenta para enriquecernos y nutrirnos cada día más sobre el método que ideó María Montessori en base a sus observaciones a los niños. (Para mí, y para mucha gente) también es una filosofía de vida. Pero son las tendencias humanas uno de los puntos clave que hay que conocer y tener muy en cuenta durante el desarrollo del niño. 

Me gustaría citar unos párrafos del libro Tendencias humanas y educación Montessori, escrito por su hijo Mario Montessori, donde se muestra la esencia del método, la clave para entender la importancia de considerar las etapas de desarrollo y las tendencias humanas. 

Mario Montessori dice así

         ¡Imaginen sus sentimientos de inseguridad si, a cada paso, el aparentemente terreno sólido cediera bajo sus pies! (…) Se dirigen a otro lugar… y vuelve a caer. (…) Después de un tiempo pensarían: “No sé a dónde ir, no sé pisar en mi desesperada necesidad por encontrar algo que me sirva de guía.” (…)

Hoy en día, (…) nosotros educadores, no sabemos lo que estamos haciendo, que también sentimos inseguridad y buscamos en un camino que no podemos encontrar. ¡Porque, lo que intentamos falla! Pero hay una cosa que nunca fallará… La educación Montessori… si ustedes la comprenden como la Dra. Montessori lo comprendió.

Les diré porque. Porque la esencia de ese método es: “Ayudar al desarrollo del niño y ayudarlo a adaptarse a las condiciones del presente”. Ciertamente, las condiciones cambiarán: pero hay ciertas cosas que no lo hacen. Y son precisamente las cosas que la Dra. Montessori enfatizó. Y son las mismas cosas que permitieron a la humanidad ascender desde el bajo nivel en el que se encontraba en sus orígenes, hasta el nivel actual. Por ejemplo en relación al vestido, puede usarse en línea “H” o la “cintura angosta”(..) pero esto es lo de menos, ya que lo que no pasa de moda es el vestirse. (…) El cambio que ha sufrido la alimentación es enorme. Pero hay algo que no pasa de moda: el alimentarse.

            Y si educativamente nos basamos en aquello que es importante para la vida y para el desarrollo, entonces, la Educación Montessori siempre vivirá.” (Mario Montessori, Tendencias Humanas, y educación Montessori, pp.18 y19)

En efecto, el ser humano tiene necesidades que jamás, por muchos años y siglos que pasen, podrán cambiar porque éstas son básicas e imprescindibles para que el ser humano pueda continuar existiendo. En estas necesidades hay toda una cadena de favores implícitos, en la que todos los seres vivos formamos parte, para que el fenómeno de la existencia tenga continuidad. Por ejemplo, gracias a la respiración humana o animal, las plantas pueden vivir, y a su vez ellas nos aportan el oxígeno necesario. Éstas nos darán frutos y alimentaran a humanos, insectos y animales. Los insectos y animales nos ofrecerán alimento y abrigo (miel, leche, carne, lana, seda) y sus heces servirán de abono para curtir la tierra. Los humanos bien alimentados y saludables, gracias a todo lo que la tierra les da, fabricaran productos que servirán para el uso de la supervivencia y estarán al servicio de otras personas durante su vida a través de sus oficios. Y así es, como la vida va avanzando y evolucionando a través del tiempo y las necesidades que se requieren, nutriéndonos, sin conocernos, unos de otros movidos por estas necesidades vitales.

A lo que concierne a la mente, Montessori observó que ocurría exactamente lo mismo, hay cosas que por mucho que evolucionemos, en nuestro interior, en nuestro ser espiritual, hay factores que nunca cambiaran. Podrá cambiar el contenido que se ofrecerá a la mente por diversas causas: el contexto histórico, la situación geográfica, las circunstancias personales, pero no los factores en sí. Éstos son los que se denominan Tendencias Humanas. Así como los animales se guían por instintos para satisfacer sus necesidades, los humanos nos guiamos por tendencias. Al igual que los instintos son universales en todos los animales, éstas también lo son en todo los seres humanos, sin distinción de cultura, religión o situación geográfica, son hereditarias. “Las tendencias no cambian y son hereditarias. El niño las posee como potencialidades cuando nace, y las usa para construir al individuo adaptado a su tiempo.” (Mario Montessori, Tendencias Humanas, y educación Montessori, p.22)

A lo largo del la vida del ser humano, des del nacimiento hasta la vejez, estas tendencias se van manifestando de forma diferente según el periodo de desarrollo en que se encuentre, con la ayuda de los períodos sensitivos.

Tal y como consideró María Montessori, y años más tarde desarrolló su hijo Mario, es de vital importancia para el buen desarrollo del niño que estas tendencias sean ayudadas y no obstaculizadas, puesto que, esto último, perjudicaría gravemente el desarrollo del niño. Por eso es importantísimo que el adulto, tanto el guía Montessori como la familia del pequeño, estudien y conozcan estas tendencias, para saber cómo observarlas e identificarlas en el periodo de desarrollo que se dan, y así evitar obstaculizar durante la manifestación de éstas. El conocimiento sobre estas tendencias y el cuándo y cómo se manifiestan en el niño, nos será muy útil en nuestro trabajo como guías, para poder proporcionar la ayuda necesaria para el buen desarrollo de los niños.

A continuación vamos a conocerlas y a citar algunos ejemplos reales para que podamos entender el por qué de la continuidad en el tiempo y la necesidad actual de estas tendencias. 

Tendencias relacionadas con el ámbito de la supervivencia del ser humano:
  •  La orientación: manifestación muy relacionada con el período sensitivo del orden, y de la necesidad de crear unos patrones psíquicos para orientarse en el espacio (y mas tarde en el tiempo) para poder saber dónde nos encontramos. La orientación y el orden otorgan al niño seguridad y confianza en sí mismo. Ha sido una de las tendencias de vital importancia para la humanidad, puesto que sin ella… no hubiésemos existido las generaciones posteriores a los seres prehistóricos.
  •  La exploración: es la manifestación de la necesidad de ir más allá del entorno que rodea al niño, quiere explorar el mundo a través de los sentidos y más tarde con su conocimiento, para avanzar como individuo y para la sociedad.


  • La observación: es necesaria para poder crear puntos de referencia y encontrar las cosas esenciales que lleven a un fin, a una meta deseada por el niño.


Tendencias que la humanidad ha utilizado para el desarrollo de la cultura
  • La manipulación: creo que no hay cita que mejor defina esta tendencia, en palabras de Montessori:
El verdadero <<carácter motor>> ligado a la inteligencia, es el movimiento de la mano al servicio de la inteligencia para ejecutar trabajos (…).En las características de la morfología del cuerpo y en las funciones de traslación, se distingue la <<libertad de la mano>> (…) convirtiéndose en el órgano ejecutivo de la inteligencia. (Montessori M. El niño el secrteo de la infancia, 2014, p.85)

Por tanto, es una mera necesidad manipular y utilizar la mano para poder desarrollar el potencial inteligente de los seres humanos.



  • La actividad:  Según María Montessori, para que se de un buen desarrollo y crecimiento de la inteligencia, es necesario respetar la actividad espontánea del niño, permitiéndole que trabaje con sus manos y con materiales específicos que le otorguen el control de error permitiendo así la auto-construcción.

  •    La repetición: está relacionada con la necesidad de sentir satisfacción al repetir una y otra vez un ejercicio, juego o actividad hasta que logra realizarlo como él quiere.  Es maravilloso contemplar al niño en su momento de máxima concentración sin interrupciones, mientras comprueba, repite, vuelve a probar, se equivoca, resuelve, y todo ello por sí mismo, sin que nadie intervenga. Éste es un placer y gozo que experimentan los niños ante esa necesidad incansable de aprender.

  • La exactitud: relacionada con la mente matemática del niño, promueve razonamientos precisos. La exactitud ha supuesto avances científicos y tecnológicos.

  •                            
  • El auto-perfeccionamiento: cuando tendemos a perfeccionar las cosas, es porque anteriormente, nuestra mente no se ha visto aún saciada, no hemos llegado a nuestro fin o meta como nosotros teníamos previsto, o nuestras expectativas nos han fallado. Así pues, mediante una repetición constante podremos llegar a dominar aquello que nos proponemos, proporcionándonos así un sentimiento de satisfacción. Lo mismo ocurre en el niño. Se sentirá orgulloso y satisfecho con su trabajo, cuando llegue a la auto perfección del reto marcado a través de la repetición. Cuando son capaces de auto controlarse (un ejemplo de ejercicio de autocontrol que propone Montessori es: el ejercicio del silencio) podrán ir conquistando el ambiente que les rodea.

Tendencias relacionadas con la creación del propio individuo:
  •  La comunicación: Es la gran tendencia que caracteriza al ser humano. La que nos distingue de la especie animal. Gracias a la comunicación, los seres humanos podemos expresarnos, compartir nuestros pensamientos, nuestras experiencias, enriquecernos mutuamente. Para ello hemos aprendido un leguaje basado en la codificación y descodificación de las palabras y los sonidos. Hay muchas maneras de comunicarse, además de verbalmente se conoce la existencia de un lenguaje corporal muy importante y muy necesario para complementar el lenguaje verbal. Y el escrito, que es el que perdurará más allá de nuestra existencia. Todo el lenguaje en su conjunto es la expresión creativa del ser humano.
  •  La abstracción: Es observable a través del lenguaje y en la formación del pensamiento. No es una tendencia muy característica durante el primer periodo, sin embargo, aunque la capacidad de abstraer del niño es muy diferente a la del adulto si que puede llegar a darse. Muchas veces el ser humano es capaz de abstraer gracias a otra tendencia con la que está dotado; la imaginación.
Manifestaciones de las Tendencias humanas durante el primer plano de desarrollo. Del nacimiento a los seis años de edad, la infancia.

La orientación
Sienten una necesidad de conocer qué hay en su ambiente cercano y para ello tienden y deben crearse unos puntos de referencia para conocerlo, y para ello, necesitan moverse en libertad. Pero todo esto tiene un orden, primero necesita orientarse a sí mismo en relación con los objetos, después con las personas y por último con el mundo. Para poder orientarse necesitan de la observación del ambiente y de la exploración ante el mismo.

La exploración        
La exploración del niño en el primer periodo de su vida, es a través de los sentidos. Recordamos que el embrión físico, ya en el vientre materno, ha desarrollado cada uno de ellos y en el mundo real, después de su nacimiento, le servirán de instrumento para explorar su entorno más inmediato. Aunque todos los sentidos jueguen un papel clave en la exploración, el niño tenderá a explorar primero con la boca y más adelante, cuando su mente pase de ser inconsciente a consciente y haya redescubierto sus manos como instrumento para manipular, será la mano con la que dará continuidad a sus exploraciones. Es muy importante ofrecer un ambiente rico en estímulos y materiales para que éste se sacie de la sed de conocer, y a más a más, no limitarnos solamente a un ambiente, es necesario que el niño salga al mundo para saber qué hay ahí.

El orden        
Como he comentado en varias ocasiones, el orden es uno de lo periodos sensitivos. Montessori lo clasifica como uno de los más importantes y misteriosos. Se manifiesta a partir del primer año de vida y perdura hasta el segundo año. Durante este periodo de tiempo, los niños son extremadamente sensibles al orden y les es realmente necesario para ganar seguridad en sí mismos y hacia el ambiente donde conviven a diario, necesita una extrema estabilidad y orden en su mundo, que le faciliten interiorizar su entorno y todas las orientaciones que vaya adquiriendo en su periodo inconsciente, lo que Montessori denominó: orden externo. Alterar este orden le provocaría un desequilibrio y perturbación en su desarrollo. Su llanto por la descolocación de su esquema mental y la incomprensión del adulto ante este comportamiento podrían llevarle a pensar en que el niño está teniendo una crisis de rabieta por algún capricho, pero simplemente, lo que necesita es que observemos si realmente se trata de una alteración de su orden externo y volver a reponerlo. Por tanto, respetaremos el orden en su entorno e intentaremos hacer los menos cambios posibles, si no son realmente necesarios. Para poder ser conscientes de este orden externo, primeramente el niño debe crearse un orden interno, conocer las posibilidades de su cuerpo, sus movimientos y posiciones.

La comunicación
Durante este primer período de vida el niño absorbe el lenguaje, en palabras de Montessori, “encarna en sí mismo” las palabras y sonidos que escucha del adulto ya desde el principio de sus días. Cuando tienen apenas unos meses de vida el niño observa como el adulto gesticula la boca mostrándose recto y erguido. Al escuchar los sonidos, en su mente absorbente inconsciente va encarnándolos poco a poco para que, tiempo después, salga a la luz todo aquello que se ha estado “preparando” en su mente. Montessori compara la adquisición del lenguaje en la primera etapa de la vida con el aprendizaje de una lengua cuando hemos pasado el período sensible del lenguaje, como un revelado fotográfico.

       La imagen fotográfica impresiona la película en la oscuridad y el proceso de revelado también se efectúa en la oscuridad; en las mismas condiciones se efectúa el proceso de fijación, seguidamente puede salir a la luz y entonces es inalterable. Algo parecido ocurre con el mecanismo psíquico del niño: empieza a actuar en la profunda oscuridad del inconsciente, allí se revela y se fija, y luego se muestra abiertamente. (Montessori M. , La mente aborbente del niño, 2014, p.105)

Es una etapa clave y fundamental puesto que es donde se crea y desarrolla el lenguaje, y es de vital importancia que cuidemos nuestro vocabulario y que aprovechemos el periodo sensible para ofrecerle un vocabulario rico y variado, puesto que, por muy complicado que parezca, ellos lo aprenderán sin fatigarse y sin problema. No importa que en un principio no le den un significado a cada palabra que adquieran, será el tiempo y la madurez del niño, los encargados de darle un significado y comprensión a su lenguaje.

Hay que estar muy atentos a la manifestaciones del niño ante su conquista hacia un lenguaje completo, puesto que, como denomina Montessori “no existe un desarrollo lineal, sino un desarrollo a saltos”. Es decir, primeramente el niño solo emitirá sílabas y estará un largo período reproduciendo las mismas, sin manifestación de progreso, hasta que llegue el día que emita una palabra, volverá a estar un largo periodo emitiendo una o varias palabras, sin más adelanto. Pero en su interior la actividad de adquisición de lenguaje no cesará, hasta llegar a un momento de explosión máxima de vocabulario, que hará salir a la luz por completo todo lo absorbido y encarnado de su inconsciente. No debemos desesperarnos, entendamos que es un proceso lento pero muy enriquecedor para el niño

La abstracción         
Una de las primeras abstracciones que observamos durante esta primera etapa es cuando el niño escucha la voz de su madre y reconoce que es ella. Como hemos comentado con anterioridad el niño se adapta y conoce su mundo a través de los sentidos. Es muy importante que estos sean bien educados, según Montessori recomienda presentar una serie de materiales sensoriales por separado, que harán descubrir al niño las diferentes cualidades de los materiales para que una vez conocidos pueda analizar su ambiente más próximo. En el momento en el que el niño ya tiene una buena base sobre educación sensorial, poco a poco, irá desarrollando la capacidad de abstracción , porque las cualidades son limitadas pero la capacidad de imaginar es infinita, hasta el punto en que si escucha la palabra flor, podrá imaginársela en su mente.

       En la edad infantil no hay ocasión de desarrollar espontáneamente la mente matemática, lo que determina un obstáculo para el posterior desarrollo mental. Por esto a los materiales matemáticos los llamamos abstracciones materializadas, o material matemático básico. (Montessori M. , La mente aborbente del niño, 2014, p.170)

La actividad, la manipulación y la exactitud
El ambiente más próximo al niño es el más inmediato a conocer por éste. Así pues, una de las actividades claves de un buen desarrollo para adquirir patrones de razonamiento lógico, la manipulación y la exactitud viene a través de algunas de las actividades de vida práctica relacionadas con la rutina y los movimientos precisos. Se realizan cada día, y son llevadas a cabo a través del trabajo manual, mayoritariamente. Con ellas el niño tiene un fin al que llegar, un propósito que cumplir, establecen un orden y cuidados que harán que el niño pueda sentirse seguro de sí mismo. El niño tiene que permanecer activo ante su mundo para poder adaptarse a su ambiente y aprender a vivir en él.
Pero antes de que el niño pueda realizar acciones con un fin en concreto, como ha visto a hacer a los adultos de su alrededor, Montessori explica que el niño “comienza a actuar con ademanes propios, haciendo uso de los objetos con un fin que no comprenden los adultos.” (Montessori M. , El niño, el secreto de la infancia, 2014, p.88). Cuenta la anécdota de cómo un niño de 18 meses traslada un montón de servilletas, cuidadosamente una por una, de una silla al suelo del otro lado de la habitación, o la otra acción fascinante de los niños de esta edad para ejercer el trabajo maipulativo; tapar y destapar botellas, abrir y cerraruna la tapa de una caja maziza, de una puerta. Según Montessori dice que:
     Estas y otras acciones semejantes, que no tienen finalidad lógica, pueden considerarse como los primeros intentos del hombre laborioso, y a este tiempo de preparación han sido dedicados algunos de nuestros materiales para niños pequeñísimos, como, por ejemplo, las cajas de elementos sólidos de construcción que han tenido un éxito universal. (Montessori M. , El niño, el secreto de la infancia, 2014, p.89)

Es fundamental que para el buen desarrollo de éstas manifestaciones laboriosas haya un ambiente preparado para que el niño pueda ejercer con libertad su actividad laboriosa sin que se encuentre con el obstaculo del “No, se toca”, por parte del adulto.

La repetición y el auto perfeccionamiento
Deberemos considerar muy importante el respetar que los niños repitan una y otra vez el ejercicio, juego, manipulación… puesto que la repetición les llevará al control de error, (autoaprendizaje) y a un perfeccionamiento de sí mismos para satisfacer la necesidad principal: hacer las cosas tal y como el niño espera hacerlas. Además, si observamos ciertas repeticiones y estamos atentas en que contexto y periodo en el que se dan, siendo conocedoras de los períodos sensibles, podremos detectar si se encuentran en alguno de ellos y proceder así a ofrecerles la ayuda necesaria para estimular el potencial se sus sensibilidades.




Espero que os haya gustado... ¡Que seáis muy felices!

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